FanSáticos por destruir el miedo a que algo acabe con los negocios
Tengo miedo de que un día nos hackeen y se lleven toda la información.
Sé que no somos una gran multinacional, pero si entran, pueden dejarme fuera de juego en cuestión de horas.
Estoy pagando servicios IT que ni entiendo ni uso.
Me llegan facturas con nombres raros, me venden cosas con palabras que suenan importantes… y yo firmo, por no quedarme atrás. Pero no sé si me están tomando el pelo.
Mi equipo se queja de que todo va lento, pero no sé qué hacer.
No soy técnico. Sé que las cosas no van bien, pero tampoco quiero que me cobren miles por cambiarlo todo sin garantías.
Lo tengo todo en la nube, pero a veces pienso: ¿y si un día no puedo entrar?
Confío en que todo funcione… hasta que deja de hacerlo. Y entonces no tengo ni idea de a quién llamar.
No sé si estoy cumpliendo con la protección de datos como debería.
Sé que hay normas, sé que hay multas… pero entre clientes, empleados, emails y mil cosas más, cruzo los dedos para que no me pillen con un descuido.
Si mañana se cae todo, no tengo ni idea de cuánto me costaría realmente.
Hablan de ciberseguros, de tiempo de inactividad… pero yo no tengo ni una hoja con esos números claros. Y eso me inquieta más de lo que admito.
Mi gente usa sus móviles, sus tablets… y nadie controla nada.
Cada uno trabaja como puede, desde donde puede, pero sé que eso es un coladero. Lo sé. Solo que no tengo tiempo para poner orden.
Digo que tengo copias de seguridad… pero no sé si servirían de algo.
Hay backups, sí. Pero no sé si están actualizados, si se revisan, si están bien hechos. Me fío… y eso es un riesgo.
Cuando hablo con algunos proveedores, siento que me están vendiendo aire.
Me lanzan tecnicismos, me proponen soluciones mágicas… y yo tengo que decidir con el estómago, no con información real.
Estoy creciendo, y me preocupa que la tecnología no esté a la altura.
No quiero que el crecimiento se me vuelva en contra porque no invertí a tiempo en lo que no se ve: sistemas, seguridad, estructura.